La legislación hipotecaria la utiliza para la delimitación de la propiedad inmobiliaria y de otros derechos reales. Otras legislaciones sectoriales, como la ley de costas, de montes, de minas o de urbanismo, la utilizan para contener y acotar el objeto del derecho que regulan. Pero ¿realmente sabemos que hay detrás de la Georreferenciación? ¿Cómo se obtienen esos números que ubican geográficamente de forma unívoca un derecho? ¿Piensas que la georreferenciación es un avance tecnológico reciente? Si tienes curiosidad y no te importa emplear un poco de tu tiempo en saber cómo lo hacemos, continúa leyendo.
Con el instrumental topográfico disponible en la actualidad, georreferenciar resulta una tarea menos costosa que hace unos años, pero como sucede con gran parte de la tecnología, detrás de ella hay mucha Ciencia y un complejo desarrollo matemático.
Para empezar, debemos retroceder a los siglos IV y III a. C. en los que se comenzó a discutir sobre la redondez de la Tierra por eruditos como Platón o Aristóteles. Pero no sería hasta Copérnico y Galileo, en los siglos XVI y XVII, cuando el ser humano empezó a darse cuenta de cómo es verdaderamente nuestro planeta.
Actualmente, excepto ciertos grupos de iluminados negacionistas, poca gente duda de la esfericidad de la Tierra, pero ¿realmente la Tierra es esférica? La respuesta es no. En una primera aproximación, podría considerarse así, pero se trata de una aproximación muy grosera. Para representar la geometría de la Tierra con precisión, debemos utilizar el geoide, que es la figura «natural» de la Tierra, excluyendo la topografía o forma externa, o utilizando un lenguaje más científico, como una superficie de nivel equipotencial del campo gravitatorio terrestre. Esta superficie equipotencial, queda materializada por los océanos en calma cuando se prescinde del efecto perturbador de las mareas.
Actualmente, se conoce con relativa precisión el geoide gracias a las mediciones de gravedad realizadas por organismos internacionales, como se puede ver en la figura 1.
No obstante, el geoide es demasiado complejo matemáticamente hablando, para definir la forma de la Tierra, por lo que se utiliza una figura geométrica más sencilla, de propiedades conocidas y desarrollables matemáticamente, se trata del elipsoide de revolución ligeramente aplanado. ¿Y qué tienen que ver estas figuras matemáticas con la georreferenciación de una finca o construcción? Pues están muy relacionadas, ya que para georreferenciar, necesitamos apoyarnos en una estructura que nos defina un origen y unos ejes (líneas rectas que se cortan perpendicularmente), o dicho de otra manera, un sistema de referencia geodésico.
El sistema de referencia geodésico constituye una estructura geométrica formada por tres ejes coordenados, un conjunto de parámetros, una escala y ciertos algoritmos, como se muestra en la figura 2. Este conjunto de parámetros nos permite situar los tres ejes coordenados en el espacio, de forma unívoca.
En España, el sistema de referencia geodésico oficial, aprobado por el Real Decreto 1071/2007 de 27 de julio, es el ETRS89 (REGCAN95 para las Islas Canarias), y su elipsoide asociado el GRS80 (Geodetic Reference System 1980), que se describe en base a unos parámetros geométricos y físicos como su forma, tamaño, constante gravitacional y velocidad de rotación, según se describe en la figura 3.
ETRS89 es el sistema de referencia geodésico europeo, con origen en el centro de masas de la Tierra, en el que la placa tectónica euroasiática se considera estática en el año 1989 (se congela en el tiempo), de ahí su denominación. No es cierto, como hemos escuchado en ocasiones, que como dicha placa tectónica se mueve 2,5 centímetros al año, las coordenadas georreferenciadas pierden su validez o precisión con el tiempo. Sería como decir que a medida que pasa el tiempo, la seguridad jurídica que aporta la georreferenciación se va diluyendo. Estad tranquilos, Registradores de la Propiedad, ¡las coordenadas georreferenciadas no se mueven con el tiempo!.
El siguiente paso para conocer el fundamento de las coordenadas georreferenciadas, pasa por explicar qué son los marcos de referencia geodésicos y para qué se utilizan. En este sentido, los Ingenieros Geodestas y Topógrafos definimos el marco de referencia geodésico, materializando sobre la superficie de la Tierra, un sistema de referencia. Se podría hacer una analogía con los conceptos de deslinde y amojonamiento; el deslinde se refiere a la determinación de los límites entre dos propiedades y el amojonamiento es la materialización de ese deslinde en el terreno con elementos físicos. A efectos prácticos, un marco de referencia geodésico es un conjunto de puntos, perfectamente localizables en la superficie de la Tierra, del que se conocen sus coordenadas, así como las técnicas utilizadas en su cálculo. Estos marcos de referencia se pueden ampliar y densificar con redes geodésicas locales, con el objetivo de aproximar vértices de coordenadas conocidas a nuestra zona de actuación. Si quieres profundizar en el diseño y cálculo de estas redes geodésicas, te recomendamos este video-manual en el que se explica detalladamente la implementación de redes geodésicas mediante el Software Infinity de Leica Geosystems.
En España, el marco de referencia viene dado por la Red Geodésica Nacional, compuesta tanto por vértices de redes activas GNSS, como por vértices geodésicos pasivos monumentados del Instituto Geográfico nacional o de las comunidades autónomas. Actualmente, el uso del marco de referencia resulta de vital importancia para facilitar el proceso de georreferenciación. El hecho de disponer de miles de estaciones geodésicas distribuidas sobre la superficie de la Tierra hace que sea posible determinar las coordenadas de cualquier punto con una precisión milimétrica si se utiliza la metodología adecuada; si bien es cierto que para la mayoría de los trabajos de georreferenciación de la propiedad inmobiliaria o de otros derechos reales, es suficiente con una precisión centimétrica o decamétrica, que ofrecen técnicas más sencillas.
Lo único que nos falta para conocer qué hay detrás de las coordenadas georreferenciadas, es saber cómo transformamos las coordenadas obtenidas sobre nuestro elipsoide GRS80, a una superficie plana, como vemos en la figura 4. Esta superficie plana es la que deberemos utilizar para representar gráficamente cualquier derecho real.
El hecho de que la superficie de la Tierra esté curvada, constituye una dificultad a la hora de representar el territorio en una superficie plana. Las coordenadas “curvas” de nuestro elipsoide GR80, del que hemos hablado antes y que forma parte del sistema ETRS89, se deben transformar a coordenadas “proyectadas planas” para poder ser plasmadas en un plano, es por esto que resulta imprescindible la utilización de proyecciones cartográficas, que se definen como como los artilugios matemáticos con los que transformar la superficie curva de la Tierra en una superficie plana.
A lo largo de la historia se han definido diferentes proyecciones cartográficas, cuyas diferencias fundamentales radican en la conservación de áreas (equivalentes), ángulos (conformes) o distancias (equidistantes), ya que resulta imposible la conservación de todas las propiedades. Es decir, siempre se producirá una distorsión cuando intentemos representar una superficie curva en un plano.
La proyección cartográfica oficial en España, se establece en el Decreto 1071/2007, de 27 de julio. En su artículo 5 se establece que: “Para cartografía terrestre, básica y derivada, a escalas mayores de 1:500.000, se adopta el sistema de referencia de coordenadas ETRS-Transversa de Mercator”, concebida en sus fundamentos por el gran Cartógrafo y Geodesta, Gerardus Mercator en 1569.
La proyección de Mercator es una proyección cilíndrica en la que el cilindro es tangente al elipsoide en el ecuador. La característica más importante de esta proyección consiste en que el sistema de meridianos y paralelos se transforma en un sistema de coordenada del tipo cartesiano, o sea, líneas rectas que se cortan perpendicularmente. Los meridianos son líneas rectas paralelas entre sí dispuestas verticalmente a la misma distancia unos de otros y los paralelos rectas paralelas entre sí dispuestas horizontalmente, pero cuyas distancias aumentan al acercarnos a los polos. Para entenderlo de forma sencilla, podemos imaginar que partimos una naranja en gajos iguales y después intentamos representar la piel en un plano. Como se ve en la figura 5, siempre habrá deformaciones.
La proyección transversa de Mercator se basa en la proyección de Mercator, pero la posición del cilindro de proyección es transversal respecto del eje de la Tierra. Se define “huso” como la zona comprendida entre dos meridianos. Cada huso contiene 6º de Longitud, lo que genera en cada huso un meridiano central equidistante 3º de longitud de los extremos de cada huso. Los husos se generan a partir del meridiano de Greenwich. Se utiliza un cilindro distinto para generar cada uno de los husos, siendo cada uno de los cilindros empleados tangente al meridiano central de cada huso, como se muestra en la figura 6. Nuestro territorio nacional se encuentra en los husos 28, 29, 30 y 31.
Hemos tratado de describir qué hay detrás de la georreferenciación: el sistema de referencia geodésico, el marco de referencia geodésico y el sistema de coordenadas, los cimientos sobre los que se apoyan las coordenadas georreferenciadas. Estas coordenadas son unívocas, es decir, la posición geográfica de un elemento queda definida por las coordenadas y al mismo tiempo, las coordenadas definen esa misma posición geográfica, sin ambigüedades ni subjetividades. El gran avance que ha supuesto la introducción de la georreferenciación en la delimitación geográfica de ciertos derechos reales, se basa en que la posición en el territorio de un determinado derecho real, no depende de ningún factor subjetivo, es un valor exacto limitado únicamente por la precisión en la metodología de obtención de esas coordenadas georreferenciadas. Es por ello que, este gran avance se desdibuja y se reduce si se utilizan métodos poco rigurosos como superposiciones sobre cartografía catastral u ortofotos. Y ¿cuáles son las técnicas más adecuadas?, pues evidentemente dependerá de cada caso, pero la medición sobre la realidad física con instrumental topográfico es la técnica que mayores garantías y precisiones ofrece. Nosotros apostamos por ella ¿Y tú?
