Desde hace más de dos mil años se sabe que, sin tener en cuenta las montañas y los valles, la Tierra es aproximadamente esférica. Para la elaboración de algunos tipos de mapas fue, y aún sigue siendo válido pensar en la Tierra como una verdadera esfera, pero los mapas y planos topográficos que hoy en día se realizan cuidando al máximo la precisión, necesitan mayor exactitud a la hora de considerar la forma de la Tierra.